PROBIÓTICOS: ¿QUÉ SON Y PARA QUÉ SIRVEN?
Estrenamos nuestro blog comentando este tema tan de “moda” en alimentación y que genera muchas consultas en la farmacia. Sin embargo no se trata sólo de una moda ya que hay numerosos estudios que demuestran su eficacia y muchos otros que llegarán, al ser un campo en pleno desarrollo.
¿ Qué son los PROBIÓTICOS ?
Probiótico es una palabra de origen griego que significa “a favor de la vida”. El término se utiliza por primera vez en 1965, aunque el concepto ya lo creó a primeros del siglo pasado el científico ruso Metchnikoff. La definición nos la dan la OMS ( Organización Mundial de la Salud ) y la FAO ( Food and Agriculture Organization ) en 2001: “ Los Probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, producen un beneficio en la salud del hospedador”. Principalmente son Lactobacilos y Bifidobacterias. También algún hongo y levadura como Saccharomyces.
Los utilizamos para recuperar una composición equilibrada en nuestra flora autóctona, también llamada microbiota autóctona, conjunto de microorganismos que habitan de forma natural en nuestra piel y mucosas con contacto al exterior, fundamentalmente aparato digestivo y genitourinario. Se forma a lo largo de los dos primeros años de vida y es característica de cada individuo. Estos microorganismos se adhieren a nuestra mucosa y son imprescindibles para nuestra vida, ya que impiden el asentamiento de otros microorganismos patógenos, producen nutrientes esenciales como vitaminas del grupo B y amino ácidos, ayudan a digerir los alimentos y estimulan nuestro sistema inmune mejorando la protección frente a enfermedades.
Factores como el estrés, una alimentación desordenada, la edad, determinados fármacos, algunas enfermedades, infecciones… producen alteraciones en nuestra microbiota debilitando esa función barrera tan importante que nos protege de organismos patógenos.
¿ Qué efecto tienen los Probióticos ?
Empezaremos destacando que su actividad es Cepa-Dependiente: el beneficio para la salud se asocia a cepas concretas dentro de un género dentro de una especie, y no es extrapolable a todo su género o especie. Por ello es importante detallar en cada caso la cepa contenida en el preparado. Por ejemplo, Bifidobacterium lactis CBP-001010 es eficaz en estreñimiento e infecciones gastrointestinales. Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036 en terapias con antibióticos.
Es también imprescindible para su eficacia que las cepas lleguen en cantidad suficiente a su destino, ya que de lo contrario no veremos ningún efecto. Hablamos de cientos o miles de millones de UFC ( Unidades Formadoras de Colonia ) según el preparado.
Hay numerosos estudios que han demostrado la eficacia de determinadas cepas fundamentalmente en patologías digestivas tales como diarrea del viajero y provocada por antibióticos, gases, estreñimiento, enfermedades inflamatorias como intestino irritable y celiaquía, como complemento en intolerancia a la lactosa, cólicos del lactante… Y otras patologías no digestivas como las mastitis, determinadas infecciones vaginales, disminución de obesidad y colesterol y otros nuevos campos de investigación que empiezan a dar ciertos resultados como es el caso de las alergias asmáticas y la atopía.
Por lo tanto su utilidad en numerosas patologías es ya muy evidente y también como preventivo en personas sanas por su probada acción sobre el sistema inmune y la mejoría en la digestión y absorción de nutrientes.
¿ Y qué son los PREBIÓTICOS?
Los Prebióticos no son organismos vivos sino un tipo de fibra ( hidratos de carbono ) no digeribles por el organismo que tienen un efecto fisiológico en el intestino ya que estimulan el crecimiento y la actividad de nuestras bacterias beneficiosas. Por lo tanto el prebiótico sirve de “alimento” al probiótico. Principalmente son la fibra alimentaria, fructooligosacáridos (FOS), galactooligosacáridos (GOS), la lactulosa y la inulina.
La fermentación de los prebióticos en el colon da lugar a otros efectos beneficiosos ya que favorecen la absorción de minerales como calcio, magnesio, cobre y zinc, previenen la diarrea y el estreñimiento y reducen los niveles de lípidos en sangre.
Se encuentran de forma natural en determinados alimentos como el yogur y las leches fermentadas. También en legumbres, plátanos, cebollas , tomates, algunos encurtidos como las aceitunas y los peinillos, alcachofas…
¿ Cómo escoger un Probiótico adecuado?
En el mercado hay numerosos alimentos como hemos comentado con PREbióticos, naturales o añadidos artificialmente. También encontramos otros enriquecidos con determinadas cepas bacterianas, sin embargo en estos alimentos tenemos la dificultad de que las cepas atraviesen el estómago con su secreción ácida, el intestino delgado al que vierten la bilis y los jugos pancreáticos y lleguen al colon vivas en cantidad suficiente como para tener un efecto demostrado. En diciembre de 2006 se publica la Normativa Europea que regula los alimentos funcionales: desde este momento si no se demuestra científicamente su efecto, la palabra “probiótico” no puede aparecer en ningún envasado. Por ello difícilmente encontraremos alimentos que podamos comprar como probióticos comprobados.
En farmacia sí hay numerosos complementos alimenticios, generalmente SIMBIÓTICOS, ya que suelen combinar probióticos y prebióticos, con estudios comprobados, cepas concretas y cantidades adecuadas e indicaciones dependiendo de las cepas contenidas. Se trata de productos liofilizados que mantienen su estabilidad desde su fabricación hasta su consumo y alcanzan el colon inalterados. Algunos ejemplos son Prodefen sobres, Lactoflora en viales bebibles y Gasteel en sticks, aunque existen muchas otras presentaciones en el mercado para tratar flora intestinal, vaginal, bucal… según las carencias de tu organismo.
Esperamos que la información haya sido de tu interés y te sirva para cuidarte un poquito más. Nos vemos muy pronto en el siguiente post.
Patricia Bescós Cano
Farmacéutica.